Las raíces asiáticas del akita inu le otorgan una ventaja sobre muchos de sus congéneres, la de no sufrir estrés. Aunque esta cualidad no sea el rasgo dominante de su carácter, sí es lo suficientemente rara como para que valga la pena subrayarla; éste es un perro capaz de hacer un viaje en avión de veinte horas entre Japón y España por ejemplo, sin que se sienta lo más mínimamente inquieto o nervioso a la llegada.
De manera general, el akita es dócil y resuelto, noble y al mismo tiempo con una expresión ingenua característica. Su cualidad más notable desde luego es la lealtad.
Como perro nórdico que es, el akita comparte con el husky o el alaskan malamute una afición muy pronunciada por la independencia. Aunque sea obediente, no es nada sumiso. Muy apegado a su dueño y a la familia de éste, es naturalmente desconfiado con los extraños aunque nunca dará muestras de agresividad gratuita. Por lo demás, hay que reconocer que no es nada fácil con los demás perros. Dotado de una fuerza prodigiosa, a menudo intentará imponerse pero pocas veces será el primero en atacar.
La historia del akita
Esta raza proviene de la región japonesa de Akita, y de ahí su nombre. Los ancestros del akita inu eran perros de tamaño mediano, que se usaban para cazar osos y se conocían con el nombre de Akita Matagi. A partir de 1603, estos perros se usaron para peleas de perros y, con el fin de aumentar su fuerza y resistencia, se cruzaron con Tosas y mastines. Los resultados de esos cruces fueron perros más grandes, pero sin las características de los perros de tipo Spitz.
En 1908 se prohibieron las peleas de perros en Japón, pero la raza jamás recuperó el tamaño original.
Al final de la segunda guerra mundial, el número de akitas se había visto reducido drásticamente y, como si fuera poco, existían tres tipos diferentes de akitas: akita matagi (similar al original), akita de pelea (con sangre de perro Tosa) y akita-ovejero (cruce de akita con ovejero alemán).
Las líneas que tenían características de mastín y ovejero alemán fascinaron a los criadores norteamericanos y fueron usadas para repoblar la raza en Estados Unidos. Estas líneas, y en particular la línea Dewa, dieron origen a la raza que actualmente se conoce como akita americano.
Los aficionados a la raza en Japón no aceptaron a esas líneas como representantes adecuados de la raza japonesa, por lo que se dedicaron a repoblar la raza con líneas de perros akita matagi. El resultado es el akita inu actual que, aunque es más grande que los akita matagi originales, conserva el tipo Spitz y no tiene las características de mastín y ovejero alemán.
Adoro los perritos de la raza Akita Inu, son realmente leales y sobre todo muy lindos. Lamentablemente en mi país es extremadamente complicado poder conseguir uno
ResponderEliminarQue guapos los akitas! Efectivamente comparten ese carácter tan especial con el husky siberiano como buen nórdico!
ResponderEliminarUn saludo y gracias por compartir